El desarrollo de niños en periodo escolar

Para crecer, deporte hay que hacer

¿Será tenista, futbolista, gimnasta o karateca? Que sea lo que quiera, siempre y cuando practique algún deporte o actividad. La mejor manera de crecer sano, combatir el sedentarismo y crear unos hábitos de vida saludables.

El deporte es una de las actividades extraescolares preferida de los niños y también muy recomendada por la Organización Mundial de la Salud, debido a sus numerosos beneficios físicos y psicológicos para su desarrollo.

Por eso debes incentivarle a practicarlo, apuntándole al que más le guste o atraiga. Se trata de pensarlo conjuntamente con el fin de que el pequeño disfrute y no lo acabe viendo como una obligación.

¿Qué beneficios tiene practicar deporte?

  • Ayuda a mantener el cuerpo sano y activo
  • Previene problemáticas como la obesidad
  • Promueve el desarrollo de la agilidad, los reflejos, la resistencia física
  • Fortalece su desarrollo muscular y óseo
  • Mejora sus capacidades motrices
  • Le ayuda a adquirir hábitos saludables
  • A nivel psicológico, le ayuda a socializar en un entorno diferente al de la familia y el colegio.
  • Enseña el sentido de la disciplina: desde aceptar normas, a cumplirlas, respetar y a colaborar con los demás.
  • Aumenta la autoconfianza, su autoestima, y como consecuencia, su estado de ánimo.

¿Deportes individuales o colectivos?

En este sentido no hay mejores ni peores opciones, simplemente diferentes. Lo ideal sería practicar ambos tipos, pero como puede no ser factible, simplemente ten en cuenta estos tres aspectos fundamentales: la edad, su personalidad y sus necesidades.

Es decir, si se trata de un niño tímido, se recomienda un deporte de equipo que le ayude a relacionarse; si por contra es perezoso, uno individual le obligará a esforzarse más. En cualquier caso, debe verlo como un juego, un momento de diversión y liberación, o acabará por cansarle.

Una disciplina para cada edad

La edad del pequeño marca en un principio el tipo de deporte que debe practicar:

  • De tres a cinco años es mejor que practiquen deportes individuales: potencian la coordinación, la resistencia, la disciplina y la relación entre el esfuerzo y el resultado. Hablamos de natación o de iniciación a las artes marciales para mejorar su psicomotricidad.
  • A partir de los seis años aumenta su deseo de relacionarse con otros, por lo que prefieren las actividades colectivas. Deportes como el fútbol, el baloncesto o el balonmano les ayudarán a socializar, a divertirse en equipo, a aprender el valor del compañerismo y, sobre todo, reforzarán su flexibilidad y resistencia. Si además practican otro individual, tendrán un entrenamiento completo.
  • A partir de los doce años ya saben qué les gusta y si quieren dedicarse en serio. El nivel de implicación y de exigencia personal cambia y empiezan los entrenamientos y las competiciones, con actividades aeróbicas y de musculación.

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